16 de abril de 2008

El eros del desvestirse


Durante mucho tiempo hemos tenido por norma que lo elegante es vestirse o la forma de vestirse. Yo, sin embargo, creo que lo sensual, lo erótico y lo elegante es el arte de desvestirse. Porque desvestirse no es tirar la ropa, sino despojar al cuerpo de la misma produciendo una nueva identificación del erotismo y dando rienda suelta al hedonismo, entendido en el siglo XXI como el noble arte de obtener placer mirando. Una mirada que capta la imagen que la naturaleza cautiva en nosotros. Así pues, desvestirse es más elegante que vestirse, y más sencillo. Quedar para cenar con otra persona y acabar desvestidos es más complejo -a la par que más placentero- que quedar para vestirse, como quedar para patrocinar el ritual de vestirse con las mejores galas, cuando estas, por muy criticables que sean son el propio cuerpo humano. El eros está presente en el desvestirse, generando pulsión y generando pasión, una pasión abierta, sensual y erótica. El eros del desvestirse es un decir muchas cosas: que el cuerpo comunica, que el cuerpo es placer, que el cuerpo es gesticulación y que el cuerpo -de forma no artificiosa- es el otro lado del Alma. El Alma calla y reflexiona, pero para ello la correspondencia está en el decir del cuerpo, en el eros, y no hay eros sin desvestirse. Como decía, la elegancia de dejar caer las prendas más íntimas no es lo mismo que arrojar la ropa a un cesto. Dejar que las ropas al desvestirse acaricien el propio cuerpo -o el del otro- es la elegancia pura, motivada por una pulsión erótica cargada de comunicación. Y esto mismo no es aquello que llamamos fetichismo, pues el erotismo y el desvestirse no pueden nunca convertirse en una enfermedad, mientras que lo primero sí. Y también es más sexual, sí, si se quiere, el contemplar el desvestirse, por lo que juega en ello la imaginación, que el desnudo en sí. El eros juega y produce como he manifestado, el placer de mirar hedónicamente. Ahora bien, la belleza del desvestirse dice mucho, por eso es un arte y también una filosofía de vida. El eros del desvestirse.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo al 100%, es una de las cosas que mas me choca de algunos hombres, por ejemplo en lo personal creo que hay algo infinitamente sensual en que sea otro el que the desate de tus ropas, poco a poco (o depende, a veces con prisas, non?), y eso parece ser history antigua en estas fechas!!!

Anónimo dijo...

*** I had JUST written something and it got deleted ARRGHH*

Bueno estoy de acuerdo contigo al 100%, igualmente es antiguo y olvidado el infinito y muy sensual arte de desvestir (o ser devestido por) a tu compañero, lenta y minuciousament o com prisa segun la ocasion... una lastima en realidad, ya que a veces esos detallitos son los que consolidan la experiencia

Gracia Iglesias dijo...

... y si no que se lo digan a Gilda.