8 de abril de 2008

La poesía de... Andrea Cabel


La poesía peruana tiene una nueva e interesante representante en Andrea Cabel García (Lima, 1982), positiva representante de aquello que venimos a denominar Generación de 2000 y que se colige en una suerte de voces poéticas llenas de significativa y correcta buena intención. Las falsas actitudes del agua es un poemario que sirve como ejemplo de la poesía íntima y sincera de esta poeta limeña, pero también de ópera prima que adelanta otros futuribles títulos que abonarán aún más la poesía del Perú con versos como aquel que da inicio al poema “las chicas vargas” y que en Andrea Cabel suena tal que “la moral estaba en la palma de tu mano” (pág. 51).
La ganadora del primer premio del concurso de poesía Esquina de Papel entra de lleno en el escenario teórico de su propio hacer generacional; esto es, dota a su poemario de verbalismo directo, de falta de puntuación —en muchos casos— como trasgresión formal en busca de musicalidad, del lenguaje estándar, cotidiano e incluso el indígena, de rebeldía ante las convenciones estéticas y sociales, de yuxtaposición de poemas como fórmula de ruptura del poemario clásico... Todo esto que puede entenderse como un collage o performance poético... Pero no hay que olvidar un rasgo que impregna la experiencia que se deduce detrás de los versos que leemos aquí: la formación universitaria e interrelación con otras disciplinas que tiene su autora. Las buenas actitudes poéticas de Andrea Cabel no son gratuitas cuando abre su poemario con dos interesantes poemas como “mimesis” y “patafísica” (págs. 17-18), porque resultan sendas muestras de acercarse a un poema convencional como herencia con lo anterior y como unión con otras poetas del momento (Lauren Mendinueta, Roxana Crisólogo, Lena Retamoso, Karina Sacerdote, Marcela Collins, Úrsula Starke, Alessandra Tenorio, Gladys González, Jazmina Caballero, Livia Díaz, entre otras hispanoamericanas). Pero el apartado “fruta partida” -cuyos poemas van encabezados por las letras del alfabeto en riguroso orden- introducen a la poeta limeña en plena poética del siglo XXI. En mi opinión son los más intensos, los que más dicen, los de mayor intimismo... La ruptura con lo convencional, la necesidad de nombrar sin atenerse a lo clásico sino a lo más puramente literario, nos catapulta a comprobar cómo la voz de Andrea no es una más, sino que se sitúa en la autorizada frontera entre la generación inmediatamente anterior y lo que tiene que decir la voz común de la Generación del 2000.

1 comentario:

Lauren Mendinueta dijo...

Después de leerte me dan ganas de buscar a los autores que reseñas. Un abrazo,
Lauren