Considero que quedar para comer tiene algo de reunión social, pero que es íntimo y personal. La gente está acostumbrada a quedar a comer por razones de trabajo, algo que se denomina ‘comida de empresa’, que es tan absurdo como las reuniones de Navidad con los compañeros del trabajo. Quedar para comer debe ser una elección inteligente, libre y que nos permita convertir ese momento de ingestión en un momento de comunicación con el otro o con los otros; comer con quien no eliges es un error, resulta desagradable, a veces tan poco interesante como quedar con alguien sabiendo de antemano que la ‘quedada’ es inútil o insulsa. Me gusta quedar para desayunar, como recomienda mi amigo el filósofo Ángel Gabilondo. Escoger a alguien con quien empezar el día frente a un café, con animada y escogida conversación es una buena manera de hacer vida social. ¿Por qué en ciertos trabajos se impone la comida de empresa? Intentan mezclar lo personal con lo mercantil buscando la comicidad necesaria para formalizar el negocio cuando la ingestión de un alimento, por necesidad fisiológica, es tan importante e íntimo y personal como ir al baño (y que se me disculpe la manera de señalar). Yo rehúyo las comidas con quien no elijo, aunque quede tildado de antisocial o de raro, porque me gusta elegir comensales, mesa, mantel, conversación y, si se tercia, pagar la cuenta porque elijo invitar sin necesidad de tener que justificar ‘gastos de representación’. Pero yendo a lo escrito, quedar para desayunar es una nueva variedad de digestión social más adecuada a nuestro tiempo, aunque rara en España. Las TV del país nos ponen sus famosos ‘desayunos’ con comentario de actualidad. Cenar; quedar para cenar es algo más íntimo, intelectual y adecuado para el ‘face to face’ con una persona con la que conversar o aclarar una cosa, pero quedar para el desayuno es el momento del día en que la energía te hace más fuerte y te anima a conversar con identidad e interés. Así pues, quedar para desayunar…
16 de octubre de 2008
Quedar para comer; quedar para desayunar
Considero que quedar para comer tiene algo de reunión social, pero que es íntimo y personal. La gente está acostumbrada a quedar a comer por razones de trabajo, algo que se denomina ‘comida de empresa’, que es tan absurdo como las reuniones de Navidad con los compañeros del trabajo. Quedar para comer debe ser una elección inteligente, libre y que nos permita convertir ese momento de ingestión en un momento de comunicación con el otro o con los otros; comer con quien no eliges es un error, resulta desagradable, a veces tan poco interesante como quedar con alguien sabiendo de antemano que la ‘quedada’ es inútil o insulsa. Me gusta quedar para desayunar, como recomienda mi amigo el filósofo Ángel Gabilondo. Escoger a alguien con quien empezar el día frente a un café, con animada y escogida conversación es una buena manera de hacer vida social. ¿Por qué en ciertos trabajos se impone la comida de empresa? Intentan mezclar lo personal con lo mercantil buscando la comicidad necesaria para formalizar el negocio cuando la ingestión de un alimento, por necesidad fisiológica, es tan importante e íntimo y personal como ir al baño (y que se me disculpe la manera de señalar). Yo rehúyo las comidas con quien no elijo, aunque quede tildado de antisocial o de raro, porque me gusta elegir comensales, mesa, mantel, conversación y, si se tercia, pagar la cuenta porque elijo invitar sin necesidad de tener que justificar ‘gastos de representación’. Pero yendo a lo escrito, quedar para desayunar es una nueva variedad de digestión social más adecuada a nuestro tiempo, aunque rara en España. Las TV del país nos ponen sus famosos ‘desayunos’ con comentario de actualidad. Cenar; quedar para cenar es algo más íntimo, intelectual y adecuado para el ‘face to face’ con una persona con la que conversar o aclarar una cosa, pero quedar para el desayuno es el momento del día en que la energía te hace más fuerte y te anima a conversar con identidad e interés. Así pues, quedar para desayunar…
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7 comentarios:
Vaya...yo q te iba a decir que si comíamos juntos el lunes jajajajajajajajajajaja es coña...mira...estoy totalmente de acuerdo contigo...
Gracias x los mails de ayer! eres un cielo :P
Yo quedo a comer con mi familia o, incluso, con mis amigos. Comer una hamburguesa después de ir al cine no cuenta... creo.
Un saludo y pásate;)
Me encantan los desayunos del sábado con la familia!
completamente de acuerdo con todo lo que dices!
(hoy desayuné un poco contigo vía facebook, y fue un placer ;) jajaja)
Tenía un amigo que vivía cerca de casa de mis padres y con el que, a veces, quedaba para desayunar. Como dices, era un agradable momento de encuentro.
Estoy completamente de acuerdo con eso de que las cenas de Navidad de trabajo son absurdas y también me disgustan las comidas de empresa. Tienes razón, comer es un acto íntimo e importante y deberíamos hacerlo sólo con quien nos apeteciera.
Chapó por tu post.
Absolutamente de acuerdo, yo hace varios años que dejé de ir a esas comidas de compañeros,en los congresos ultimos a los que he asistido, buscaba una excusa para escaparme de las comidas multitudinarias y espantosas para irme con mi cámara a hacer fotos, sin embargo me resulta delicioso quedar con algun amigo para empezar el día delante de un café, que suele ser mi unico desayuno.
Un abrazo.
Ayer tomé café y cene con Isabel, te manda recuerdos. Está muy ocupada y por eso no actualiza el blog, ha estado buscando casa nueva y ya la ha encontrado... fue una buena cena ;)) Un beso!!
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