4 de noviembre de 2008

Delenda est Monarchia


La monarquía española nos cuesta mucho y, en mi opinión, no nos está sirviendo de mucho en los últimos años. Los reyes de España y su familia tienen una asignación en los Presupuestos Generales del Estado que les permite vivir holgadamente y realizar unos actos meramente protocolarios y, según mi criterio, poco rentables. El papel moderador que la Corona debe imprimir a la vida democrática española es inútil, puesto que las instituciones públicas funcionan y los enfrentamientos o se dirimen en los tribunales o se solventan en las urnas. Nada más. Me molesta profundamente que se llame al Rey ‘motor del cambio’, ya que sólo fue un mero indicador. El verdadero motor del cambio fue Adolfo Suárez acompañado de la batería que imprimió legitimidad al proceso: Torcuato Fernández Miranda. El Rey dejó en manos de dos de nuestros mejores políticos del siglo XX un proceso ejemplar que, si hubiese salido mal a los dos actores, hubiera costado muchos disgustos a los españoles. Pero es más; al carro del motor del cambio hay que apuntar a la inmensa mayoría de la sociedad española que, entre 1975 y 1982 actuó con la racionalidad y la madurez suficiente para sacar adelante este país. Bien, pero si aún debemos reconocer que el Rey escogió a Suárez, hoy nos sale caro, más aún la asignación a la Casa Real y a las extravagancias de la Princesa de Asturias, como aquello de ir a operarse la nariz en Suiza con médico español. Por estos días la Reina opina en un libro, y creo que debe hacerlo pues es una española más bajo un Estado de Derecho que le confiere libertad de expresión, pero... ¿por qué luego no se puede criticar a la Institución? No es el caso de que se quemen retratos y banderas por los ‘republicanos independentistas que al gobernar viven como reyes’, pero me gustaría que la prensa pueda opinar y, otro sí, que el Rey fuera otro Alfonso X al que no le tengan que escribir los discursos, pues no me gusta que lo que lee sea la opinión del gobierno de turno (del PP o del PSOE) si se supone que es neutral y representa a todos los españoles.

4 comentarios:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

La Monarquía siempre estará en entredicho. Lo mejor: cuanto menos Estado, todos más contentos.

Tanais dijo...

Pues fíjate yo no pienso que la reina tenga que dar su opinión en según q temas...ahora que lo ha hecho está claro que ya no son intocables....

DIARIO DE UNA YOGUI dijo...

Cuanta razon tienes compañero! Mira a mi me caen bien los reyes y toda esa peña que esta detras de ellos pero la verdad no le veo ningun beneficio y mas cuando los estamos manteniendo! mientras ellos se van de yates y veleros muchos de nosotros tenemos que pasar el veranico paseando al perro en el parque. En cuanto a Adolfo Suarez es una verdadera pena que una mente tan brillante haya sido atacada por tan maldita enfermedad...de todas maneras vivira en la memoria de muchos españoles con el recuerdo y la nostalgia de lo que hubiese sido de nuestro socilismo si las cosas con el hubiesen sido difertentes!

Gracia Iglesias dijo...

De acuerdo en casi todo. Yo me siento republicana y jamás lo he ocultado; no tengo ninguna simpatía por la casa real y creo que son un gasto inútil para la sociedad. En lo que discrepo es en lo de minimizar el papel del rey en la Transición, porque, aunque fuera sólo como símbolo, sirvió para mantener cohesionada a una sociedad acostumbrada a vivir bajo el yugo y que no hubiera sabido entender una república de buenas a primeras. Sin el rey (mero peón, sí, mero adorno, seguramente, pero elemento amortiguador entre unas izquierdas y unas derechas todavía en carne viva tras la guerra y la dictadura), seguramente su hubieran alzado las secciones más radicales de ambos bandos y otro gallo nos habría cantado. Si de algo me siento orgullosa como española es precisamente de ese trozo de la historia que supuso la Transición, porque otras dictaduras han caído y siempre ha habido terribles consecuencias en el proceso. España lo hizo en paz y, en parte (aunque sólo una parte, claro, como tú bien dices), fue porque el rey jugó su papel de figurita para tranquilizar a los pazguatos y firmar una amnistía que permitió dejar atrás los deseos de revancha. Ahora bien, estoy contigo en que todo eso ha pasado y ahora debería haber un cambio constitucional para que nuestros doloridos bolsillos no sigan teniendo que pagar caprichos a una patulea que crece y crece y no deja de crecer, todos con el gran “subsidio” que les proporcionamos los españoles. Me saca de quicio todo el tema Leticia y todo el temita consortes, porque son los más caras del mundo. Además, porqué tenemos que dar por bueno que los vastaguitos de la pareja nos vayan a seguir chupando la sangre en el futuro. ¡Y encima esta ley sálica que todavía tenemos! Machismo en estado puro que contraviene todo aquello en lo que creo.

Por último, en cuanto a las declaraciones de la reina: como persona tiene, en mi opinión, todo el derecho a creer en lo que le de la gana y a expresarlo libremente, porque así lo ampara la constitución. Es completamente absurdo pedir que se retracte y, sobre todo, porque lo que ha dicho no es tan terriblemente escandaloso, ya que hay miles de personas que piensan como ellas, aunque, claro, no coinciden con la forma de pensar de otros muchísimos que van de librepensadores y que, en cambio, sólo admiten las opiniones a favor de sus ideas: “estoy completamente a favor de que todo el mundo opine libremente, siempre que opinen lo mismo que yo, claro”, ¿no? Yo no coincido con la mayoría de las opiniones de la reina, pero no me sorprenden en absoluto. ¿Qué ingenuo podía pensar que la cabeza femenina de la institución más rancia que hay en España pudiera ser un paradigma del progresismo? Absurdo.