12 de julio de 2011

"¿No me digas que todo fue un sueño?"



"El teléfono móvil al que llama no corresponde a ningún abonado", dijo la mecánica voz de la compañía de teléfono. María se sorprendió porque Paco tenía ese mismo número desde que lo conoció, hacía ya cuatro años, y desde él le mandó, precisamente el día anterior y el anterior a este, dos sms que ella, no sabe si por aburrimiento, desidia o pasividad no contestó. "Bueno, -pensó-, entraré en su perfil de Facebook para dejarle un mensaje con la hora de la reunión de mañana". No existía tal perfil con su nombre. Verdaderamente mosqueada pensó en primer lugar que la había borrado de sus amigos ("¡A ver por qué, el muy gilipollas"). Pero... "Pues sí que me va a hacer perder el tiempo el imbécil de Paco...", pensó mientras abría su cuenta de correo para enviarle un mail con la consabida hora y lugar de la reunión que tenían al día siguiente. Trabajaban juntos algunos días y el chico se mostraba siempre correcto, positivo y animoso con ella, aunque jamás iba más allá ni prejuzgaba nada laboral o personal. Ambos sabían la vida en verso de cada uno y se llevaban bien, pero poco más. Últimamente apenas se veían, sobre todo desde que la cambiaron de departamento, se fue a vivir a otro barrio -aún más lejano- y empezó a frecuentar otras amistades en las que tampoco, ahora, entraban las del trabajo. Pero Paco... El mail fue devuelto. "¡Joder!", se apresuró a decir. Llamó a su casa, al fijo, recordando que lo tenía apuntado en la agenda y al que recordaba no haber llamado nunca; bueno, la verdad es que últimamente ella pasaba de atender a Paco y a casi todo el mundo, dado que era la mejor forma de relajarse. Una voz femenina y muy educada señaló: "Lo siento, señorita, creo que se ha equivocado: en esta casa no hay ningún Paco".

- Mire usted, señorita, muchas personas adultas desaparecen voluntariamente -hablaba el policía con cara de guasa- y simplemente hay que respetar sus deseos. Tiene que presentar la denuncia después de 72 horas de la desaparición y haremos lo que podamos. ¿Qué parentesco tiene usted con él?

- No sé... en fin... la verdad es que creo que es mi mejor amigo.

3 comentarios:

warry74 dijo...

Estos cuentos o relatos, ¿surgen de repente o los tienes por ahí?

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

Cuento y relato se entiende ya poco más que sinónimas... Generalmente me vienen de repente, aunque a veces con ideas preconcebidas que ya tenía. Gracias de nuevo por pasarte por aquí.

Gracia Iglesias dijo...

Este me ha gustado mucho. Aunque me da la sensación de que, en cierto modo, surge de un deseo interior de desaparecer de la vida pública (no sé si tu lo tienes, pero yo a veces sí: tengo perfiles en todas las redes, móvil, fijo, skype... ¡cómo desaparecer de todo eso!) Interesante reflexión.
Oye, por cierto, ¿estás en Madrid aún? No me diste ese toque prometido.