22 de mayo de 2013

Nuria Martí...




Ya sabemos lo que ocurre en este país (antes llamado España); políticos tenemos muchos e instituciones que solapan sus funciones o las cubren con empresas públicas dirigidas por amiguetes, también. Generalmente el curriculum de esos señores suele dejar bastante que desear (el que más, por ejemplo, ha leído los apuntes -tomados por otro- de la carrera), pero hacen y deshacen, dicen y desdicen. Para hacer palmas están ahora todas esas tertulias (las de televisión, además, vespertinas) llenas de tertulianos bastante carentes de las más básicas nociones de todo; y en lugar de informar suelen aparecer como voceros (urbanidad tienen poca, por cierto) al servicio de determinadas ideologías (algunas, y digo bien en plural, afortunadamente fenecidas o pasadas de moda). Esa es la España que tenemos entre media nación que dormita y otra media que bosteza, como decía Machado.
 
El otro día nos enteramos que una excelente profesional, Nuria Martí, trabaja en un centro de investigación que nació con la intención de ser puntero, de excelencia y con  carácter de futuro. Le endosaron a ella (y a otros de su formación, condición y calidad) un ERE y a la calle. En este país (antes llamado España) las cosas se arreglan así, de ese modo. Y ahora en Oregón (en ese otro país en el que sus habitantes no tienen empacho en llamarlo Estados Unidos o de colgar en sus balcones la bandera de barras y estrellas) ha participado en un grupo de excelentes científicos en un proyecto puntero, con carácter de futuro y novedoso, de lo mejorcito que se ha hecho recientemente. O sea, la chica que sonríe en la foto (arriba) con cara de buena gente no tenía cabida en España por los recortes y en Estados Unidos sí (allí se ve que saben eso del I + D + I y le dan importancia).
 
Si en este país, llamado España ya desde los Reyes Católicos (y que a mí no me da vergüenza llamarlo así) hubiese alguien con dos dedos de frente y con un cuarto de vergüenza dimitían desde el señor ministro correspondiente (el que da los fondos para el centro del que la cesaron), el señor presidente de la comunidad autónoma donde radica su antiguo instituto, el consejero del ramo y la dirección (al completo y en bloque) del centro. Que una chica como ella se vaya y declare que no vuelve mientras nos desayunamos cada día con corrupción política es la peor noticia que le pueden dar a España. Claro que si vuelve igual le quita el puesto a algún enchufado, amiguete, tiralevitas o estómago agradecido...

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