4 de diciembre de 2013

"La musa"


Como todos los demás, tienes tu musa; sólo que, un día prometiste que jamás desvelarías su nombre... es el espacio entre la realidad y la magia de la Literatura y no todo es confesable. Antes, que sepas, no tenías alguien a quien pintar cuerpo y alma y risa y llanto... pero, hace relativamente poco tiempo, un día inesperado, como son todos los sueños que una vez han de hacerse reales, surgió como esas ideas que acompañan las noches de insomnio. Alguien te dijo una vez que, como perteneces al siglo XXI, tienes que pintar la realidad -sobre todo esa realidad que nadie quiere ver- y, para ti, ella tiene que ser el punto de partida de la hoja en blanco, del sueño por realizar, de la emoción por emitir. No es tan fácil, te lo confieso, porque las musas te invaden, te poseen, te enamoran, te desbordan en la obra... lo que dices puede ser ficción, pero el rostro, indudablemente, es de ese alguien... y un día alguna persona desentrañará todo lo que de ella hay. Por ahora, es el silencio con vestido rojo, en mitad de un campo austríaco, de nuevo con las uñas pintadas del color favorito; aunque su sonrisa, su mirada, la forma de sus manos, el tono y el acento de su voz, su forma de andar y la emoción que siente ante lo que la rodea es, sencillamente, tuyo; lo pones tú y el lector se deleita, mas únicamente ella se sabe detrás de esa y de otras historias. Es la magia de escribir, mientras se escucha Let there be ligth de Mike Oldfield de fondo; y de empezar cada pedazo de vida con su sonrisa. Alguien dijo una vez que "si un escritor se enamora de ti, nunca morirás" -porque, esto ya lo pones tú, cada línea, cada emoción, cada lector, cada pedazo de mundo en el papel... será eternamente ella-. La musa.

3 comentarios:

Bitxito dijo...

Los vestidos rojos son los más bonitos de todos.

Rákel dijo...

Paco me ha fascinado

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

Gracias a las dos... ;-)