22 de abril de 2014

"No volveré a escribir"


No; no volveré a hacerlo: sin motivo ni razón. El mundo no necesita de versos o palabras; no necesita personajes, ni de nadie que diga que en esta sociedad no tienen cabida los que no tienen voz, porque no les dejan hablar. No volveré a escribir más, lo he decidido. Punto. No tengo ideas... y las que tengo son extremadamente constructivas: a nadie le gusta que otro alguien le hable de esa parte de una sociedad que habitan seres que pierden su trabajo, su vida, su amor, su futuro, su voz... A nadie le gusta ya que le lancen mensajes llenos de realidad. La gente vive de espaldas, porque es mejor no ver: "no digo nada", "no iré a votar", "no opino" (existen hasta los que se jactan de no leer jamás y los que mienten y los que lo hacen todo por el interés a cambio de algo). La lluvia ácida ha convertido a muchos en el centro de su propio ombligo y no escribiré para quien ni siente ni padece... Esta sociedad parece que sólo necesita gente silenciosa, callada, dócil ante la injusticia. Se escribe -escribimos- para remover el alma, para agitar la conciencia, para depurar la sensibilidad. Es posible que sea cosa del cambio climático, pero las letras tienen menos importancia que el ego. No escribiré jamás, porque los poetas son esa gente que siempre dice la verdad y hay mucha gente que miente, que roba, que calla en esos silencios que hieren, que dañan lo más profundo del ser. No; no escribiré jamás y hasta es probable que me olvide de mi Musa y la despida sin un último cuento... y que tire el ordenador por la ventana. Quemaré mis cuadernos y mis diarios... dejaré reducida a la nada toda palabra que haya salido de mi pluma y de mi imaginación. Dejaré de escribir, como he dejado tantas cosas. 

3 comentarios:

Maite dijo...

Y qué razón tienes, pero ¿cómo vas a dejar de escribir? Sería como matar a un ruiseñor. De eso nada. A seguir creando hermosas melodías con tus palabras. Un abrazo.

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

Gracias por tus palabras...

Antonio dijo...

Precisamente porque necesitamos quien nos despierte de nuestra burbuja... ¡Hay que seguir!