20 de julio de 2016

Fatum nos iungebit

Echo de menos su olor, sus besos, sus abrazos, sus palabras... todo, lo echo de menos todo, terriblemente en los momentos de mayor soledad. Alguna gente cree que detrás de la poesía, de las palabras, únicamente hay un creador que de vez en cuando levanta el whisky, nada más; creen que las musas son gilipolleces que te inventas... y, oye, no puedes escribir un poema de amor, una historia de celos, o de odio, sin tomar referencias. Algunos días mientras escucho música parece que la veo sonreír, así como si estuviésemos uno frente al otro, como entonces... la recuerdo incluso cuando alguien pone en Internet esa frase que dice que "si un escritor se enamora de ti, nunca morirás". Los caminos a veces son pedregosos, se bifurcan, pero sólo la poesía, el telón de acero de las letras, la pasión reúne cada sueño... y es que uno -como dijo el poeta- puede cambiar de casa, de ciudad, de voto, de televisión, de dieta, de libro, de creencia, de móvil, pero de lo único que no se cambia es de pasión y ella y su rostro y sus besos y su sonrisa son las que marcan la palabras que escribo, los días que me inspiro y hasta los pasos que doy detrás de una historia, de la vida... Fatum nos iungebit

2 comentarios:

Mercedes Campos dijo...

Qué me vas a contar que no haya sentido yo, que no sienta... Me identifico. Sácalo todo escribiendo y así compartimos soledad.

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

Cierto, así la compartimos. Gracias.