Cuando llegué a la redacción me pidieron que escribiera algo sobre el mundo choni, aunque, francamente, conozco tanta gente choni que lo más apetecible era cambiar de tema; y eso que la noche anterior había soñado con una choni que conozco y todavía estoy por establecer si fue un sueño o si una pesadilla… Uno se recluye detrás de la pantalla del ordenador, atiza el machete contra algún tema, bajo la batuta de que la cosa es del cuarto poder… y ande yo caliente…
Decía Picasso que si las musas existen (y yo creo que sí, ¿por qué se iban a inventar algo así los antiguos griegos?) te deben visitar mientras trabajs. Bueno, la mía vaya usted a saber por dónde anda estos días de Navidad (y lo de visitarme, en fin, dejémoslo), además de que muchas veces me queda la duda acerca de si es tal musa o no lo es, porque hay que ver cómo es de rara, a la variedad me remito. Pero voy a lo que me pasó ayer, al cuento.
Entonces llega el director y me dice que en la Tercera (¡madre mía la tercera!) publique algo el día de Navidad. Y pienso en los plastas de la Historia, esos que nos han amargado los estudios: Aristóteles (venga a soltar el rollo… ¿es que no tenía vida social este muchacho?), Shakespeare (matando a todo el mundo en sus tragedias: siempre he creído que llevaba comisión de la funeraria), Mendel (con los guisantes verdes y guisantes amarillos… mola más la Teoría Simpson: aquella por la cual las chicas son monas e inteligentes y los varones de la misma estirpe tontos y feos), Pavlov (¡no me digáis que no era un poco capullo haciendo maldades a los perros!), Napoleón (con lo feo que era), Gorvachov y Reagan (misil para acá misil para allá) y así unos cuantos… Y que no se me olvide el tipo que se inventó la regla de tres simple, que siempre suma, por muy bueno que seas, 99,98%... la cuestión es quedarse con el cambio.
Y lo que nos queda… En fin, voy a poner una foto de Sabina que hay que ver lo mona que sale en esta… y ya de paso le mando mis mejores deseos hasta la República Checa, por si no le ha llegado mi mail o no ha leído mi mensaje del Facebook.
Decía Picasso que si las musas existen (y yo creo que sí, ¿por qué se iban a inventar algo así los antiguos griegos?) te deben visitar mientras trabajs. Bueno, la mía vaya usted a saber por dónde anda estos días de Navidad (y lo de visitarme, en fin, dejémoslo), además de que muchas veces me queda la duda acerca de si es tal musa o no lo es, porque hay que ver cómo es de rara, a la variedad me remito. Pero voy a lo que me pasó ayer, al cuento.
Entonces llega el director y me dice que en la Tercera (¡madre mía la tercera!) publique algo el día de Navidad. Y pienso en los plastas de la Historia, esos que nos han amargado los estudios: Aristóteles (venga a soltar el rollo… ¿es que no tenía vida social este muchacho?), Shakespeare (matando a todo el mundo en sus tragedias: siempre he creído que llevaba comisión de la funeraria), Mendel (con los guisantes verdes y guisantes amarillos… mola más la Teoría Simpson: aquella por la cual las chicas son monas e inteligentes y los varones de la misma estirpe tontos y feos), Pavlov (¡no me digáis que no era un poco capullo haciendo maldades a los perros!), Napoleón (con lo feo que era), Gorvachov y Reagan (misil para acá misil para allá) y así unos cuantos… Y que no se me olvide el tipo que se inventó la regla de tres simple, que siempre suma, por muy bueno que seas, 99,98%... la cuestión es quedarse con el cambio.
Y lo que nos queda… En fin, voy a poner una foto de Sabina que hay que ver lo mona que sale en esta… y ya de paso le mando mis mejores deseos hasta la República Checa, por si no le ha llegado mi mail o no ha leído mi mensaje del Facebook.
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